Cuánto más normales sean los niveles de azúcar en la embarazada diabética, mejor evitaremos complicaciones. Las correcciones en la dieta o el comenzar con insulina dependerán del Endocrino y han de asegurar esa “normalidad del azúcar en sangre” junto con un buen desarrollo del bebé.

¿Cómo Se Trata La Diabetes Gestacional?

Después del diagnóstico, hay que ponerse manos a la obra con el tratamiento de la diabetes gestacional para lograr cuanto antes niveles de azúcar en sangre correctos y para esto en primer lugar y de forma primordial hay que realizar educación diabetológica, sobre la que basar los pilares fundamentales que son el ejercicio y la dieta. 

En la primera consulta de Diabetes Gestacional se suele dar a la paciente información detallada sobre qué es la diabetes gestaciones y las repercusiones sobre el feto y ella misma. También se explica cual es la dieta óptima para ella, que se calculará según Índice de Masa Corporal y sus particularidades alimenticias (intolerancias, alergias, gustos…) y necesidades laborales (horarios, posibilidades de preparación o de cómo calentarla…) o culturales (según el origen de la paciente pueden existir costumbres culinarias o alimentos prohibidos…). Igualmente forma parte de la educación diabetológica el instruir a la mujer en el uso del glucómetro (maquina para medir el azúcar en sangre con pinchazos en la yema del dedo), cómo registrar los resultados y como realizar variaciones en la dieta según las cifras que se obtengan. Lo ideal es que en ayunas la embarazada tenga menos de 95 mg/dl de azúcar en sangres y después de comer a la hora menor de 140 mg/dl y a las dos horas menos de 120 mg/ dl. De esta manera conseguiremos controlar la hiperglucemia de la diabetes, disminuyendo su peligrosidad y al mismo tiempo se promoverá un crecimiento fetal normal. 

La dieta que se recomienda actualmente en la diabetes gestacional es una dieta con calorías calculadas según el peso de la paciente y con una distribución adecuada de los hidratos de carbono que son la fuente principal del azúcar en sangre materna. Se busca que estos sean de cadena compleja y de alta calidad, asegurando un bajo índice glucémico, es decir que las embarazadas tengan un nivel moderado y constante, con pocos altibajos. 

Por último, decir que la necesidad de Insulina inyectada es el tratamiento de segunda línea para pacientes con mal control a pesar de la dieta, con un crecimiento fetal exagerado o con polihidramnios (excesivo líquido amniótico, que es un signo indirecto de mal control). Aunque hay estudios con resultados muy favorables con antidiabéticos orales en diabetes gestacional, actualmente todavía en la práctica diaria el fármaco que ha demostrado su eficacia y su seguridad durante el embarazo es la Insulina, que desgraciadamente ha de ser administrada de forma subcutánea.

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