Es importante asegurar un aporte adecuado de vitaminas y oligoelementos en el recién nacido y el lactante. ¿Cómo lograrlo?

Lactancia materna y micronutrientes

Laura Escartin Madurga

Los micronutrientes son vitaminas y oligoelementos como el yodo, el hierro o el zinc, son sustancias que, aunque se necesitan en cantidades pequeñas y no aportan energía, son esenciales para el crecimiento, el desarrollo de las funciones cognitivas y fisiológicas, así como para la resistencia a infecciones. 

Las necesidades se incrementan progresivamente, lo que indica la importancia en la calidad de la alimentación en esta etapa de la vida. La deficiencia de micronutrientes es un problema de salud pública en muchos países en vías de desarrollo, la llamada “hambre oculta”, ya que afecta a procesos metabólicos y pasa desapercibida inicialmente, a diferencia de la malnutrición por falta de energía y proteínas.

La leche materna aporta todos los micronutrientes en la cantidad necesaria para cubrir los requerimientos del neonato. La concentración de hierro en la leche materna es baja, pero se absorbe muy bien, por lo que los recién nacidos a término no precisan suplementos. A partir de los 6 meses, los niños alimentados con lactancia materna necesitan un aporte adicional de hierro, que se conseguirá con la alimentación complementaria. 

 Mención especial merece la vitamina D. En el recién nacido, las reservas de vitamina D dependen del estado materno durante la gestación y, tras el nacimiento, de la producción propia y el aporte exógeno. El prematuro, tiene menos tiempo para acumular vitamina D y por tanto sus requerimientos serán mayores y más dependientes de las reservas maternas. Las necesidades se estiman en el neonato en 400 UI/día. La leche materna tiene un bajo contenido de vitamina D, entre 4 y 100 UI/l, en función de la reserva materna, su alimentación y exposición solar. Se recomienda suplementar con vitamina D: 400 UI/día a los recién nacidos a término o prematuros con lactancia materna desde los primeros días y hasta el año de vida. Las fórmulas adaptadas están fortificadas con vitamina D, aportando 400 UI/litro de leche reconstituida, por lo que la suplementación debe continuar hasta que se consigue tomar esta cantidad.

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